18. Tectaria vivipara Jermy et T.G. Walker, Bull. Brit. Mus. (Nat. Hist.) Bot. 13: 274 (1985). Holotipo: Trinidad, Walker T6173 (BM!).
Por R.C. Moran.
Aspidium macrophyllum Sw. var. biolleyanum H. Christ, Nephrodium macrophyllum Baker var. viviparum Jenman, Tectaria incisa forma vivipara (Jenman) C.V. Morton.
Rizoma erecto; pecíolo tan largo como la lámina o más largo que ella, pajizo a pardo-amarillento o castaño, glabro o puberulento, las escamas 3-7 x 1-2 mm, lanceoladas, glabras; lámina hasta 120 x 50 cm, oblonga u ovado-oblonga, 1-pinnada, yemas prolíferas presentes en las axilas de las pinnas medias o distales y, raramente, en la bifurcación entre la costa y el lobo basiscópico; segmento apical y generalmente el par de pinnas más superior cortamente decurrentes; pares de pinnas (6-)8-12, opuestas a alternas, enteras; pinnas basales las mayores, (10-)15-23(-30) x (2-)2.5-5(-6.5) cm, lanceoladas, enteras a onduladas, con 1-2(-3) lobos basales basiscópicos o sin lobos, ocasionalmente con un corto lobo o aurícula acroscópica; raquis y costas pajizos a pardo-amarillentos o castaño, glabros a pelosos; tejido laminar glabro en ambas superficies, verde o pardo-amarillento al secarse, los márgenes glabros; soros dispuestos en 2 series entre las nervaduras laterales principales; indusio circular, unido lateralmente. Selvas húmedas, riscos, plantíos abandonados, riberas. B (Gentle 1542, MO); G (Stolze, 1981: 470); H (Standley 18234, EAP); N (Stevens 16505, MO); CR (Lorence 1778, MO); P (Croat 34413A, MO). 0-100 m. (México, Mesoamérica, Colombia, Venezuela, Guayanas, Ecuador, Perú, Bolivia, SE. Brasil, Jamaica, Trinidad.)
En Trinidad Tectaria vivipara es diploide (2n=80) mientras que T. incisa var. incisa es tetraploide (Walker, 1985). Ambas especies hibridizan, produciendo T. xbulbifera Jermy et T.G. Walker, un híbrido triploide estéril, conocido en Mesoamérica por las siguientes colecciones: B (Whitefoord 2349, BM); P (Hammel 5361, MO). En T. vivipara el mayor número de pares de pinnas, las hojas más grandes y el hábitat de tierras bajas parecen correlacionarse con la viviparidad, pero esta correlación requiere ser confirmada en toda su área de distribución.