Clibadium surinamense L., Mant. Pl. 2: 294. 1771.
Arbustos a árboles pequeños, 14.5 m de alto; tallos moderada a densamente hispídulos a escabrosos y puberulentos. Hojas lanceoladas a ovadas, 417.5 cm de largo y 1.510 cm de ancho, ápice agudo a atenuado, base obtusa a redondeada y abruptamente cuneada, haz débil a moderadamente hispídula a estrigosa, envés fuertemente hispídulo; pecíolos 0.32.4 cm de largo. Capitulescencias de panículas racemosas a corimbosas con 10150 capítulos, últimas ramas alargándose en la fructificación, pedúnculos hasta 1 mm de largo; involucros 2.55 mm de ancho; filarias 79, obovadas a oblanceoladas, 35 mm de largo y 1.34 mm de ancho, ápice obtuso a agudo, márgenes escasamente ciliados en el 1/3 superior o eciliados; páleas ausentes; flósculos del radio 35, las corolas 1.62 mm de largo; flósculos del disco 914, las corolas 2.53.1 mm de largo. Aquenios 2.22.7 mm de largo, pubescentes en el 1/3 superior, a veces con un pericarpo exterior delgado, carnoso.
Común, márgenes de bosques húmedos y ambientes alterados, zonas norcentral y atlántica; 01400 m; fl y fr todo el año; Araquistain 3036, Guzmán 809; Honduras al noroeste de Sudamérica y en las Antillas. Especie variable en varios caracteres. Las filarias son generalmente sin cilios, pero algunos especímenes (Williams 42312) son ciliados. Algunos especímenes (Aranda 32) tienen evidentes aquenios drupáceos pero otros (Stevens 4928) tienen las capas exteriores del pericarpo inconspicuas. Además, en algunas poblaciones (Jansen 547) las filarias se vuelven negras a medida que el aquenio madura, en vez de permanecer típicamente café claras.