Neomirandea allenii R. M. King & H. Rob., Rhodora 74: 273. 1972. N. parasitica var. allenii (R. M. King & H. Rob.) Randall W. Scott, comb. ined.
Arbusto, epífito, 1–1.5 m, erecto; tallitos diminutamente puberulentos a glabrescentes, medulosos. Hojas opuestas, el pecíolo hasta ca. 0.5 cm; lámina 2.5–15.5 × 1.5–7.5 cm, obovado-elíptica a elíptica, cuneada u obtusa en la base, obtusa a subaguda en el ápice, entera a remotamente denticulada, glabra en ambas caras, glandular-resinosa en el envés, pinnadamente nervada, con 5–8 nervios secundarios por lado bien diferenciados en ambas caras, los terciarios por lo general indistintamente visibles. Infls. corimboso-paniculadas, el eje esparcidamente puberulento, las cabezuelas solitarias. Cabezuelas con pedículo 0.05–1.5 cm; filarios ca. 12, en 2–4 series, 2–3 × 0.5–0.75 mm, los externos oblongo-ovados a oblongos, los internos enteros, persistentes; receptáculo desnudo. Fls. 9–12, la corola rosada a lila, 4.5–5 mm, levemente en forma de embudo a tubular, glabra internamente, los lóbulos 0.4–0.7 × ca. 0.7 mm, glandular-resinosos externamente. Frs. 2–3 mm, esparcida y cortamente pilosos (principalmente en la base y sobre las costillas); vilano 4–5 mm.
Bosque muy húmedo, 700–800 m; vert. Carib. E Cord. de Talamanca. Fl. jul. CR–N Col. (G. Herrera 3285; CR, MO)
Neomirandea allenii, poco recolectada en CR, se distingue por sus hojas con el pecíolo corto (hasta ca. 0.5 cm) y la lámina obtusa a subaguda en el ápice y sus corolas con los lóbulos glandular-resinosos externamente; además, se caracteriza por sus láminas enteras a remotamente denticuladas, glandular-resinosas en el envés y pinnadamente nervadas, con los nervios terciarios por lo general indistintamente visibles, y sus corolas glabras internamente. Comparar con N. chiriquensis y N. parasitica, las cuales se distinguen por sus pecíolos más largos.