Urera caracasana (Jacq.) Gaudich. ex Griseb., Fl. Brit. W. I. 154. 1859. Urtica caracasana Jacq., Pl. hort. schoenbr. 3: 71, t. 386. 1798; Urera alceifolia (Poir.) Gaudich. ex Wedd.; Urera corallina (Liebm.) Wedd.; Urera elata sensu Fl. CR, non (Sw.) Griseb. Crespón, Ortiga, Ortiga blanca, Tabaquillo.
Arbusto o arbolito, 1–6 m, a veces subescandente, monoico, con savia acuosa, sin aguijones; tallitos generalmente huecos, esparcida a (mucho más frecuente) densamente villosos a glabrescentes, la pubescencia levemente o no urticante; estípulas 0.5–1.8 cm. Hojas con el pecíolo 0.5–35 cm; lámina 2–32(–44) × 0.8–30(–40) cm, ampliamente ovada a ovado-elíptica, obtusa a cordada o subcordada en la base, no lobulada, dentada, esparcidamente pubescente a rápidamente glabrescente en el haz, esparcidamente pubescente a densamente villosa en el envés, sin domacios, con cistolitos linear-oblongos, a menudo algunos radiados en torno a un tricoma en el haz, punctiformes o linear-oblongos (a veces inconspicuos) y paralelos a los nervios en el envés. Infls. masculinas cimosas, 2–5 cm, los glomérulos con pedículo hasta ca. 15 mm, de 15–45 fls. Infls. femeninas solitarias o fasciculadas, cimosas, 1–6 cm. Fls. estaminadas sésiles o con pedicelo hasta ca. 1.25 mm, con 4 tépalos 1–1.5 mm. Fls. pistiladas con 4 tépalos connatos cerca de la base, 1–1.5 mm, muy desiguales; estigma erecto, penicilado. Frs. 1–1.25 mm, ovoides, cubiertos en su mayor parte por el perianto amarillo a anaranjado o coral y suculento al madurar.
Bosque húmedo, muy húmedo, pluvial y nuboso, bosques secundarios y crecimiento secundario, 0–1600 m; vert. Carib. Cords. de Guanacaste, Central (E.B. La Selva) y de Talamanca, cuenca del Río Sapoá (Cerro El Hacha), Llanuras de San Carlos y de Tortuguero (R.N.F.S. Barra del Colorado), Baja Talamanca, ambas verts. Cord. de Tilarán, vert. Pac., Montes del Aguacate, S Fila Costeña, Pen. de Nicoya, Valle Central, P.N. Carara, región de Puriscal, P.N. Manuel Antonio, región de Golfo Dulce. Fl. abr.–oct. Méx.–Bol. y Ven., Guayanas, Bras., Par., Arg., Antillas Menores. (A. Rodríguez & Soto 2279, CR)
Urera caracasana se reconoce por ser la única sp. del género en CR (excepto U. sp. 1) que podría presentar infls. masculinas y femeninas en la misma planta, aunque valorar su sexualidad a partir de especímenes de herbario podría resultar impreciso, ya que a pesar de su condición monoica, a veces solo se presentan infls. con uno de los dos sexos (más comúnmente femeninas). Además, se distingue por sus tallitos esparcida a (mucho más frecuente) densamente villosos, con la pubescencia levemente o no urticante, láminas foliares grandes, ovadas a ovado-elípticas, obtusas a cordadas o subcordadas en la base, y frs. cubiertos en su mayor parte por el perianto amarillo a anaranjado o coral y suculento al madurar. Se encuentra muy relacionada con U. verrucosa, pero esta última es dioica, con estípulas más largas, láminas foliares gris oscuro al secar (vs. verde grisáceo o verde castaño), siempre cordadas en la base, conspicuamente rugosas y más pubescentes, infls. consistentemente más largas, fls. estaminadas generalmente con cinco tépalos y fls. pistiladas a menudo con un solo tépalo reducido (vs. siempre con dos), y se distribuye generalmente a mayores elevaciones. Comparar también con Urera fenestrata y U. sp. 1.
En esta revisión, se adopta un concepto amplio para Urera caracasana, considerando variaciones importantes en cuanto a hábito, pubescencia y forma de las láminas foliares; es probable que esta circunscripción podría albergar más de una sp. Un espécimen temporalmente mantenido bajo esta sp., proveniente del P.N. Carara a 25 m elev. (L. D. Vargas et al. 3783, CR) y con infls. masculinas, podría representar una sp. distinta, ya que atípicamente presenta tallitos aparentemente sólidos, partes vegetativas menos pubescentes y láminas foliares levemente diferentes en forma. Esta muestra aparenta relacionarse a U. killipiana Standl. & Steyerm. (tipo de Guat.), una sp. cercana a U. caracasana y reportada también de Méx. y El Salv.; sin embargo, se requiere del aporte de más especímenes para hacer un mejor diagnóstico.