Myriocarpa obovata Donn. Sm., Bot. Gaz. 46: 117. 1908.
Arbusto o árbol, 2–8(–12) m, perennifolio, monoico o (más frecuente) dioico; tallitos huecos, glabros o esparcidamente puberulentos a glabrescentes; estípulas 0.4–1 cm. Hojas con el pecíolo 0.2–3 cm; lámina 2–22 × 0.5–7 cm, elíptica a obovado-elíptica, cuneada en la base, entera a sinuada, glabra en ambas caras, con cistolitos irregularmente dispersos en ambas caras. Infls. tirsoides, las masculinas erectas, con pedúnculo 0.4–1 cm, la parte florífera 4–6 cm. Infls. femeninas con pedúnculo 0.2–1.5 cm, la parte florífera 1–6 cm, el raquis esparcidamente pubescente a glabrescente. Fls. estaminadas sésiles o con pedicelo hasta ca. 1 mm; tépalos 1–1.25 mm. Frs. 20–40 por cm, café oscuro al madurar, 1.75–2.5 mm (incluidos el rostelo y estigma), ovoides, atenuados en la base, esparcidamente pilosos (principalmente hacia los márgenes), el estigma 0.2–0.5 mm, bífido con las ramas desiguales, la más larga cortamente oblongo-linear, las bractéolas subyacentes subdivergentes, 0.2–0.6 mm.
Bosque húmedo y muy húmedo, bosques primarios y secundarios y orillas de quebradas y caminos, 700–1300+ m; vert. Pac. N Cord. de Talamanca, Cerros de Escazú, Cerro Caraigres, Valle Central (Z.P. El Rodeo). Fl. ene., nov., dic. S Méx.–CR. (J. F. Morales 6856, CR)
Myriocarpa obovata se distingue por ser la única sp. del género en CR con cistolitos en el envés de las láminas foliares, infls. tirsoides y frs. con el estigma bífido; además, se caracteriza por sus tallitos huecos y láminas enteras a sinuadas, glabras en ambas caras. A menudo se confunde con Urera guanacastensis, por sus hojas bastante similares, pero la última sp. se reconoce por su hábito más arbustivo, pecíolos más largos, láminas foliares con cistolitos punctiformes en ambas caras y frs. cubiertos en su mayor parte por el perianto rojo y suculento al madurar.