Faramea permagnifolia Dwyer ex C. M. Taylor, Novon 6: 298. 1996.
Arbusto o arbolito, 1–3(–5) m, glabro; estípulas cortamente connatas alrededor del tallo, 0.2–1 cm, deltadas, con arista 1–3 mm, deciduas. Hojas con pecíolo 0.1–0.5 cm; lámina 20–41 × 7.5–22 cm, oblanceolada, papirácea o cartácea, con 13–18 nervios secundarios por lado libres o reunidos en un nervio submarginal débil, sinuado. Infls. terminales, subsésiles, de 3–6 fls. fasciculadas, aparentemente ebracteadas. Fls. con pedicelo 3–8 mm; cáliz con el limbo 2.5–3 mm, truncado o denticulado, con dientes ca. 0.5 mm; corola blanca (a veces teñida de morado), en forma de trompeta, el tubo 17–18 mm, los lóbulos ca. 12 mm. Frs. morados, ca. 1.3 × 1.6 cm, suboblatos a subglobosos, lisos.
Bosque muy húmedo, 100–350 m; S vert. Pac., Pen. de Osa. Fl. abr.–jun. ENDÉMICA. (J. F. Morales et al. 2096; CR, MO)
Faramea permagnifolia se reconoce fácilmente por sus hojas subsésiles y muy grandes, infls. subsésiles, de 3–6 fls. fasciculadas, fls. con el limbo del cáliz bien desarrollado y la corola blanca (a veces teñida de morado) y frs. suboblatos a subglobosos. Se podría confundir con Coussarea loftonii, con hojas parecidas y también registrada de la Pen. de Osa, pero que se distingue vegetativamente por sus estípulas sin arista.