Hibiscus acetosella Welw. ex Hiern, Cat. afr. pl. 1: 73. 1896.
Arbusto, 1–2 m; tallos muy escasamente pubescentes con tricomas generalmente simples, luego glabrescentes, sin espinas; estípulas 0.5–1.2 cm. Hojas rojizas, 3.5–9 × 2–10.5 cm, ovadas a orbiculares, cuneadas a redondeadas en la base, subagudas a obtusas en el ápice, digitadamente 3–5-partidas, de otra forma gruesamente crenadas, glabrescentes en el haz, con un nectario linear un poco arriba de la base del nervio central en el envés. Infls. con los pedicelos ca. 10 mm. Fls. con las brácteas caliculares 8–10, más cortas que el cáliz, linear-lanceoladas, bifurcadas, escasamente ciliadas; cáliz rojizo, 15–20 mm, híspido, marginalmente acostillado, con un nectario inconspicuo en el nervio medio de cada lóbulo; pétalos amarillos o rojos con la base oscura, 20–40 mm. Frs. ca. 2 cm, ovoides, largamente picudos, escasamente estrellado-pubescentes; semillas ca. 4 mm, anguladas, papilosas.
Bosque húmedo y muy húmedo, orillas de caminos, escapada de cult., 700–1100 m; vert. Pac. Cord. de Tilarán (vecindad de Monteverde), Valle Central, cuenca del Río Pirrís, Valle de General. Fl. ene., oct., nov. Nativa de África trop., cult. S EUA (Florida), S Méx. (Ver.)–CR, Col.–Perú, Par., tróps. del Viejo Mundo. (J. F. Morales 6262, CR)
Hibiscus acetosella se caracteriza por su follaje rojizo, glabrescente. Se cultiva como ornamental y para el consumo de las hojas como un vegetal cocinado.