Ipomoea magniflora O’Donell, Lilloa 26: 369. 1953. I. skutchii J. A. McDonald.

Bejuco; tallos muricados, glabros, sin raíces en los nudos. Hojas 6–27 × 11–16 cm, ampliamente ovadas, profunda y angostamente cordadas en la base, agudas a acuminadas y largamente mucronatas en el ápice, no lobuladas, a veces ligeramente sinuadas, glabras en ambas caras. Infls. de hasta 3–5 fls.; pedúnculo hasta ca. 3.1–3.7 cm, angulado, liso y glabro; brácteas inconspicuas, caedizas. Fls. con los sépalos subiguales, 10–18 mm (sin la arista), elípticos u ovados, glabros, obtusos a acuminados y aristados en el ápice (la arista 3–11 mm), el margen hialino; corola blanca, 60–130 mm, en forma de embudo, pubescente por fuera; estigmas bilobulados. Frs. y semillas desconocidos.

Bosque muy húmedo, 1200–1250 m; vert. Pac. Cord. de Talamanca (vecindad de San Isidro de El General). Fl. dic. ENDÉMICA. (Skutch 2982; MO, NY)

Esta sp., conocida solo del tipo (compartido con el sinónimo), es llamativa por sus tallos marcadamente muricados y fls. grandes con la corola blanca. Es muy parecida a Ipomoea alba, la cual difiere por su corola en forma de trompeta, más abierta hacia el limbo, y a I. muricata, cuyas fls. son más pequeñas con la corola lila.

Ipomoea magniflora es la única sp. de Convolvulaceae endémica a CR.