1. Reseda alba L., Sp. Pl. 449 (1753). Lectotipo (designado por Jafri, 1977): Francia, Herb. Linn. 629.14 (LINN). Ilustr.: Valdés Bermejo, Fl. Iberica 4: 450, t. 166 (1993).
Por S. Knapp.
Plantas probablemente perennes, robustas, erectas, glabras y glaucas. Hojas 2-15 × 2-4 cm, pinnatífidas, ligeramente glaucas, la base decurrente sobre el tallo, los márgenes enteros a ondulados, el ápice (de la hoja y de cada división) subobtuso. Inflorescencias compactas, las flores apretadamente agrupadas; pedicelos 3-5 mm. Flores blancas o blanquecinas, con un olor desagradable; sépalos 4-5, 3-4 mm, elípticos, el ápice redondeado; pétalos 3-5, 5-7 × 2-4 mm, más largos que los sépalos, profundamente partidos en 3; estambres 12-16. Cápsulas hasta 1 cm, ovoide-oblongas; sépalos no extremadamente expandidos y alargados en fruto. Maleza de terrenos baldíos. G (Standley 67302, F). 2200-2400 m. (Nativa de la región mediterránea, ampliamente naturalizada en todo el mundo; Estados Unidos, México, Mesoamérica, Europa, Asia, África.)
En la Flora of Guatemala Standley y Steyermark (1946: 397) sostienen que Reseda alba era común en Quezaltenango debido a “su habilidad de florecer en los meses más fríos y con frecuencia se veía en los jardines a pesar de las sequías intensas, donde, olvidada y maltratada, consumida por animales domésticos y cubierta con polvo, frecuentemente parece ignorada”.