Anacardium occidentale L., Sp. pl. 383. 1753. Marañón.
Arbusto o árbol, 2–12(–20) m, con savia acuosa o resinosa, las ramitas glabradas o puberulentas a glabrescentes. Hojas con el pecíolo 0.5–2 cm, glabro o puberulento; lámina rojiza (en hojas nuevas), 6–15.5 × 3.5–9 cm, ampliamente oblongo-ovada o (a veces) obovada, cuneada a obtusa o redondeada en la base, obtusa a redondeada o emarginada en el ápice, glabra en ambas caras, los nervios principales prominentes en ambas caras. Infls. 7–16.5 cm, gris-pubescentes. Fls. fragantes, blancas o rosadas a rojizas o fucsia, con pedicelo 2.3–5 mm; sépalos 3–6.5 mm; pétalos (7–)8–13 mm; estambres 6–10(–12). Frs. grises a morados, 2–3.5 × 1–2 cm, reniformes, el hipocarpo amarillo o anaranjado a rojo (cuando maduro), 5–15 × ca. 5 cm, subobovoide a piriforme, esponjoso.
Bosque seco, húmedo y muy húmedo, huertos, cercas vivas, potreros, áreas abiertas y orillas de senderos y caminos, a menudo cult. en plantaciones, 0–800 m; vert. Carib. Cord. Central, Llanuras de San Carlos, de Tortuguero y de Santa Clara, vert. Pac. Cord. de Guanacaste, N Cord. de Talamanca, Montes del Aguacate, N Fila Costeña, llanuras de Guanacaste, N Pen. de Nicoya, vecindad de Esparza, Valle Central, regiones de Turrubares y de Puriscal (P.N. La Cangreja), S Valle de General, región de Golfo Dulce, Isla del Caño, Valle de Coto Colorado, etc. Fl. ene.–may., ago., nov., dic. Probablemente nativa de Ven., Guayanas y Bras., introd. S Méx.–Bol., Trin. & Tob., Par., Antillas, África y Madag., China, Taiwán, etc. (U. Chavarría 939; CR, MO)
Anacardium occidentale se reconoce en CR por su hábito de arbusto o árbol relativamente pequeño, láminas foliares relativamente pequeñas, ampliamente oblongo-ovadas o (a veces) obovadas, e infls. relativamente pequeñas.
Esta sp. se cultiva ampliamente en regiones trops. por sus hipocarpos y semillas comestibles. Tradicionalmente, era explotada en CR casi exclusivamente por los hipocarpos (marañones) algo astringentes, los cuales se utilizan para hacer refrescos y licores. Sin embargo, en años recientes ha sido común encontrar también las “nueces” o semillas asadas (semillas de marañón) en los mercados. Crudas, las semillas son cáusticas y muy tóxicas.