Persea rigens C. K. Allen, J. Arnold Arbor. 26: 297. 1945.
Árbol, 5–35 m. Hojas alternas, opuestas o ± verticiladas y a menudo muy congestionadas al final de las ramitas, el pecíolo 0.8–2.7 cm; lámina 5.5–26 × 2.4–11 cm, elíptica a elíptico-oblonga u ovado-lanceolada, obtusa o redondeada a (por lo general) cortamente acuminada en el ápice, esencialmente glabra en el envés y ligeramente más pálida, con 5–9(–11) nervios secundarios por lado. Infls. 5–12 cm. Fls. con pedicelo 1–3.5 mm; tépalos ca. 3 mm, iguales, tomentulosos, persistentes en fr.; ovario glabro. Frs. 1.5–2 cm.
Bosque húmedo, muy húmedo y pluvial, 300–2100+ m; vert. Carib. Cords. de Guanacaste, de Tilarán y Central, ambas verts. Cord. de Talamanca, vert. Pac., Valle Central, Pen. de Osa. Fl. dic. CR y Pan.(–Ecua. y Ven.?). (G. Herrera 3554; CR, MO)
Se reconoce por sus hojas a menudo agrupadas sobre nudos engrosados al final de las ramitas, con la lámina gruesa, glabra y con los nervios terciarios conspicuamente reticulados y por sus fls. con los tépalos iguales y frs. más o menos globosos (pero a menudo más anchos que largos) con los tépalos persistentes. La muy parecida Persea silvatica, restringida a elevaciones bajas del Carib., se diferencia básica y difícilmente por sus tépalos no tan densamente pubescentes como los de P. rigens. De hecho, de las dos hay muy pocas recolecciones y sus escuetas diferencias podrían o ampliarse o desaparecer del todo con más muestras.