Malvaviscus achanioides (Turcz.) Fryxell, Syst. Bot. 4: 253. 1980[‘1979’]. Abelmoschus achanioides Turcz., Bull. Soc. Imp. Naturalistes Moscou 31: 196. 1858.
Arbusto, 3–4 m, a veces escandente y hasta ca. 15 m; tallos y pecíolos densamente pubescentes con tricomas 1–2 mm. Hojas 5.5–27 × 3–27 cm, lanceoladas a ovadas u orbiculares, truncadas o (más a menudo) cordadas en la base, acuminadas a agudas en el ápice, a menudo lobuladas, de otra forma subenteras a crenado-serradas, cortamente estrellado-pubescentes en el haz, la pubescencia fácilmente tangible. Infls. con los pedicelos 5–40(–60) mm. Fls. con las brácteas caliculares subiguales al cáliz, 1–2(–3) mm de ancho, lineares y erectas a angostamente lanceoladas y a menudo recurvadas distalmente, hirsutas; cáliz 12–20 mm, notable y uniformemente hirsuto con tricomas amarillos; pétalos 40–60 mm; columna estaminal (40–)55–65 mm, exerta; anteras centrales 1.5–1.8 mm; estilos que ligeramente exceden el androceo. Frs. anaranjados o blancos, ca. 2 cm de diám.
Bosque muy húmedo, pluvial y de roble, (100–) 300–1900(–2700) m; vert. Carib. y cerca de la División Continental, Cords. de Guanacaste, de Tilarán y Central, N Cord. de Talamanca, Llanura de Tortuguero, vert. Pac. Cord. de Talamanca. Fl. ene., feb., abr.–dic. S Méx.–Hond., CR. (Kress & Tuxill 94-4764; CR, US)
Distinta por su pubescencia amarilla y densa, hojas grandes, a menudo lobuladas, fls. con el cáliz hasta ca. 20 mm y preferencia por bosque muy húmedo y pluvial. En la forma y el tamaño de las hojas, esta sp. puede ser parecida a Malvaviscus arboreus, pero esta última tiene la pubescencia incolora y el cáliz más pequeño y se encuentra comúnmente en bosque seco y húmedo. El material de M. achanioides del norte de CR difiere del de la Cord. de Talamanca por las brácteas del calículo ligulares y recurvadas y por los pedicelos más cortos (5–30 mm). Esta misma se puede confundir con M. concinnus (ver más adelante), de la cual se distingue acá principalmente por sus hojas distintivamente pubescentes en vez de glabrescentes. Muchas veces M. achanioides crece casi como un bejuco, con tallos escandentes que suben hasta ca. 15 m, sobre troncos de árboles grandes.