Oldenlandia lancifolia (Schumach.) DC., Prodr. 4: 425. 1830. Hedyotis lancifolia Schumach., Beskr. Guin. pl. 72. 1827; Manettia bocataurensis Dwyer; O. herbacea sensu Fl. CR, Fl. Guat., non (L.) Roxb.
Planta 0.3–1 m, glabra; estípulas 0.1–0.3 cm, las cerdas hasta ca. 0.1 cm. Hojas con la lámina 1–6 × 0.2–1 cm. Infls. sésiles o subsésiles, de 1 fl. solitaria. Fls. con el pedicelo 0.5–30 mm; limbo del cáliz con los lóbulos 1–2 mm, subiguales; corola a menudo blanca, el tubo 1–1.5 mm, los lóbulos 1–2 mm. Frs. 0.2–0.3 cm; semillas ca. 0.2 mm.
Bosque húmedo y muy húmedo, grietas del pavimento en zonas urbanas y orillas de ríos, jardines y senderos, 0–650 m; vert. Carib. Cords. de Guanacaste y Central (E.B. La Selva), cuenca del Río Sapoá, Llanuras de Los Guatusos, de San Carlos y de Tortuguero, Baja Talamanca (R.N.V.S. Gandoca-Manzanillo), vert. Pac., S Pen. de Nicoya, N Valle de General. Fl. ene.–dic. Nativa de África trop., introd. y naturalizada Méx.–Bol. y Ven., Guayanas, Bras., Par., Antillas. (G. Herrera 1813; CR, MO)
Oldenlandia lancifolia se reconoce por sus infls. sésiles o subsésiles, de una fl. solitaria. Se distingue de O. corymbosa también por sus corolas a menudo blancas y llamativas, de tamaño levemente mayor, y frs. de mayor tamaño. Los pedicelos se prolongan a veces marcadamente entre las etapas de botón y de fr. maduro.