Terminalia catappa L., Mant. pl. 1: 128. 1767. Almendro, Almendro de playa.
Árbol, 3–20 m, andromonoico, las ramas verticiladas. Hojas con el pecíolo 0.8–2 cm; lámina 16–36 × 9–19+ cm, ampliamente obovada, obtusa a subcordada en la base, obtusa a redondeada en el ápice, cartácea, glabra o esparcidamente pubescente a lo largo de los nervios principales en el envés. Infls. terminales o axilares, espigadas, hasta ca. 15 cm, pilosas. Fls. bisexuales y estaminadas (las bisexuales generalmente basales en el raquis de cada infl.), blancas o crema a verde amarillento, malodoras. Frs. drupáceos, amarillentos cuando maduros, 4–7 × 3–4 cm, elipsoides, sin alas.
Bosque seco, húmedo, muy húmedo y pluvial, usualmente en áreas costeras, 0–100+ m; vert. Carib. N Cord. de Talamanca, Llanura de Tortuguero, Baja Talamanca, vert. Pac., llanuras de Guanacaste, Pen. de Nicoya, Isla San Lucas, vecindades de Puerto Quepos y de Dominical, Pen. de Osa, Islas del Caño y del Coco, etc. Fl. ene., abr., jun.–oct. Nativa de Indomalasia, Australasia y Oceanía, cult. y naturalizada SE EUA (Florida), Méx.–Bol. y Ven., Trin., Surinam, Guyana Fr., Bras., Par., N Arg., Antillas, Bahamas, África trop., Madag., etc. (J. Quesada 1026, CR)
Se reconoce por su tamaño relativamente pequeño, ramificación verticilada y simpodial, hojas que se tornan amarillo anaranjado cuando viejas, frs. drupáceos, no alados, y hábitat usualmente costero. En CR se encuentra naturalizada y ampliamente distribuida más o menos a nivel del mar en ambas costas; sin embargo, se ha introducido también en el interior del país para ser utilizada en arboricultura en las ciudades.